Escribo esto porque quiero desahogarme un poco y compartirles un trocito de mí. Este año ha sido duro para todos. En un inicio, creí que yo era la excepción. Pensé que estaría bien mentalmente y que era lo suficientemente fuerte como para sobrellevar la situación. No lloraría ni me estresaría. Y, realmente, todo parecía ir bien. Sin embargo, sucedieron un par de cosas que me hicieron sentir miserable. La primera cosa fue la frustración de no conseguir el trabajo que quería. Tenía la esperanza de que esta vez sí conseguiría pasar la entrevista. No fue así.
No obstante, algo que me marcó en verdad fue perder una amistad. No entiendo bien cómo fue que pasó. Simplemente un día desperté y me di cuenta que los lazos que compartía con esa persona desaparecieron. ¿Por qué me afectó tanto esto? No es la primera vez que me pasa. Este suceso solo hizo que mi mente recordará en modo automático todas las amistades perdidas. Aquellos recuerdos me llevaron a preguntarme. ¿Será que la del problema soy yo?
Si se preguntan si tengo otras amigas. Sí, si las tengo. Pero es obvio que una amistad no remplazará jamás otra. Perder una amiga es como perder un pedacito de tu vida. Intentar borrar las memorias que creaste junto con esa persona es difícil. ¿Cómo sobrellevar esto en una pandemia? La verdad no lo sé. Intuyo que me he mantenido “fuerte” por tener la mente ocupada. Sin embargo, aunque intente hacerme la "fuerte" y reírme de todo, no puedo negar que hay veces donde me quiebro. ¿Qué debería hacer? No puedo culpar a esa persona por no querer ser más mi amiga y algo en mí (mi soberbia y orgullo creo) me impide asumir la culpa absoluta.
En la profundidad de mis pensamientos llega un sonido estridente. Es Luna maullando. Mi madre cree que tiene hambre, pero su plato está lleno de comida. Yo sé lo que ella quiere. Luna solo quiere mi compañía y un poco más que eso. Luna quiere que levante su juguete y lo arrastre por toda la sala. Luna quiere que de vueltas por el comedor persiguiéndola. Sabe que estoy ocupada pero no le importa. Ella es Luna y quiere mi atención.
Cuando la atrapo, la levanto entre mis brazos y sobo su cabecita. Luna, ¿serás mi amiga por siempre? Quiero que lo seas. Incluso si a veces me olvido de llenar tu plato con croquetas o si me quejo cuando limpio tu arenero. Incluso si te digo que dejes de maullar cuando estoy estresada, quiero que estés ahí para interrumpir cualquiera de mis actividades. Quiero que te quedes despierta hasta la madrugada viéndome estudiar. Quiero sentir tu calor en las noches cuando duermes encima de mi barriga.
“El verdadero amigo es aquel que, a pesar de saber cómo eres, te quiere.”
Creo que esa frase define mi amistad con Luna. Ella me conoce bien. Sabe qué me hace feliz, qué me pone triste, qué me relaja y qué me preocupa. Cada vez que mi cabeza se llena de pensamientos negativos y la soledad me invade, Luna me llama a jugar. Me distrae por unos momentos y me hace reír. A veces creo que ella puede descifrar mis pensamientos con solo olerme. Y yo sé cómo es ella. Una niña malcriada que siempre quiere ser el centro de atención. Una pequeña pantera que morderá a todo aquel que se cruce en su camino. Una bolita de pelos rencorosa que intenta ser una brabucona pero solo causa más y más ternura. Tal vez no somos tan diferentes Luna. Por ello, eres mi mejor amiga.
Si llegaron hasta este punto, gracias. En compensación por leer este vómito mental les dejo algunas fotos de Luna perfectas para memes. :3
Adriana Velásquez
PD: Si un día necesitan de una amiga, Luna y yo estamos a su disposición. Oferta 2x1: No se aceptan reclamos por mordeduras y rasguños.
Luna después de romper una rama del árbol de navidad. (El árbol era nuevo) :'v
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