Es cuestión de atreverse.

¿Cuando estabas en el colegio o en tus primeros meses de cachimbo(a), te imaginaste vivir la vida universitaria que vives ahora? Más allá de las implicancias de sufrir una pandemia y todas las consecuencias del aprendizaje a distancia, ¿Sientes que la universidad está siendo esa etapa de tu vida que te ayudará a definir el tipo de personas que quieres en el futuro?

Cuando estaba en 5to de secundaría tenía una imagen bastante idealizada de a la universidad. La veía como el espacio en donde podría conocer nuevas realidades, aprender más de mi mismo, y sobre todo aprender más de aquello que me apasiona. Y si bien el primer semestre me esforcé por asistir a todas mis clases y quedé fascinado por la gran cantidad de conocimientos que podía adquirir de los profesores, aún no sentía estar viviendo la experiencia universitaria. Fue en ese momento en que me pregunté y me puse  repensar cuál es la verdadera experiencia universitario, o en todo caso, cuál es la experiencia que yo quería para mi. 

Hoy en día, mientras paso la cuarentena sentado casi 10 hora al días frente a la laptop, conversando con algunos compañeros de la facultad o atendiendo a alguna clase, me doy cuenta lo que allá por el 2017.2 empezaba a descubrir: la universidad abarca mucho más que las 4 paredes de un salón de clases, o que una sala de Zoom para nuestro caso.

Debo admitir que no fue fácil para mi explorar el mundo amplio y diverso que existe dentro de nuestro campus pero que aveces no vemos o no nos damos el tiempo de explorar. Grupos de debate, agrupaciones de política universidad, chicos que se reúnen a jugar juegos de mesa, asociaciones que buscan desarrollar el liderazgo en los jóvenes y un sin fin de oportunidades por descubrir. Pero eso sí, estas oportunidades no necesariamente irán directamente hacia ti y en muchos casos tomarlas implicarán salir de tu zona de confort. Puede ser duro pero tendrá sus recompensas pues te complementarán con aquello necesario para crecer no solo como profesional sino como persona.

3 años atrás, lleno de nervios, entraba a un salón del pabellón Z para participar del proceso de reclutamiento de una organización que cambiaría mi vida. Hoy puedo decir que soy un comunicador audiovisual que ha aprendido a verse a si mismo, que conoces de recursos humanos y gestión de organizaciones, que es consciente de las necesidades del mundo y sobre todo que sabe cual es su propósito de vida; algo que tal vez nunca hubiera alcanzado si no me hubiera atrevido a salir del salón del clases. 

PD: Igual no dejen de asistir a clases pofavo.


Gracias AIESEC.

Comentarios

  1. AIESEC! algunos amigos formaron parte de y han tenido grandes experiencias. Lo que dices de la vida universitaria es verdad, es más allá de Z, yo hice: futbol, futsal, Cemduc, CF Letras, CF Comunica, guías PUCP y un gran etc!!! disfruté la PUCP al máximo!

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  2. Siempre he tenido interés por formar parte de alguna asociación, particularmente hacer voluntariado enfocado a la conservación del medio ambiente, sin embargo; creo que aún me falta esa iniciativa de salirme de mi zona de confort :( pues tiendo a ser un poco temerosa cuando se trata de interactuar en grupos. Tu post me hace repensar la acción de arriesgarme y aventurarme a experimentar nuevas cosas, momentos y sensaciones.

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